“Fue una locura. Parecía como esas películas en las que se escuchan tiros por todos lados. Después nos dimos cuenta de lo que había pasado. Lamentablemente tiene que pasar algo así para que todos se den cuenta de lo que pasa en las calles”, dijo María Fernanda Heredia, vecina de Congreso al 2.200, escenario del homicidio número 42 de lo que va del año en la provincia. En esta oportunidad, un adolescente de 15 años perdió la vida al intentar asaltar a un policía que recibió un disparo en la espalda.

El tiroteo se registró el lunes cerca de las 22.40. El cabo Lucas Nicolás Copertino, con prestación de servicio en el Grupo Especial de Apoyo Motorizado (GEAM), disfrutaba de su día de franco. Circulaba en moto por Congreso y, antes de llegar a Américo Vespucio, fue abordado por dos jóvenes. “Dicen que los motochorros se le pusieron al lado y lo apuntaron para que le entregue el rodado. Él se resistió y, como se identificó como Policía, comenzaron a dispararle. Él se defendió, fue lo único que atinó a hacer”, relató Carlos Giménez.

Los vecinos salieron rápidamente de sus casas para ver lo que había ocurrido. Ahí descubrieron al adolescente sin vida y al policía herido. Llamaron a las ambulancias y al servicio 911. El médico confirmó la muerte del presunto asaltante y ordenó el traslado al hospital Padilla. “El policía estaba desesperado. Pálido trataba de explicar lo que había pasado. Sólo escuché que decía ‘me defendí”. Evidentemente estaba muy preocupado por las consecuencias que podía sufrir por haber matado a ese choro. La gente lo calmaba diciéndole que se quedara tranquilo, que había actuado bien y que ellos testificarían a su favor”, agregó Giménez.

La investigación

En cuestión de minutos decenas de policías se presentaron en el lugar. La auxiliar María José Agüero, siguiendo las instrucciones del fiscal Pedro Gallo, se presentó y comenzó a dirigir la pesquisa. Personal de Homicidios, al mando de los comisarios Susana Monteros, Juana Estequiño y Miguel Carabajal, realizó varios procedimientos para dar con el cómplice del atacante, aunque no se descarta que del hecho hayan participado otros dos jóvenes más.

El adolescente abatido fue identificado como “Honguito”, de 15 años y con antecedentes. Murió al recibir un disparo en el cuello. Fuentes oficiales informaron que vivía en la zona junto a dos hermanos que también habrían estado en conflicto con la ley. De su madre poco se sabe y de su padre, que es trabajador rural en el noreste de la provincia.

“La verdad que hay cosas que no terminan de entenderse y que nos interpelan como sociedad. ¿Qué hace un menor de 15 años armado cometiendo asaltos? Es una pregunta que nos debería hacer reflexionar a todos”, explicó el jefe de Policía. Joaquín Girvau.

“Los asaltantes y el policía eran de la zona. Quizás hasta se conocían. Ya nada será igual después de este lamentable episodio. El efectivo actuó correctamente y que sepan los delincuentes que terminarán muertos cuando se enfrenten a nuestros hombres. Seremos implacables, pero siempre dentro de la ley”, finalizó.

Colapino se encuentra con estado reservado en el Padilla. Los médicos son optimistas, pero reconocieron que hay que esperar su evolución. Hasta el momento no le pudieron extraer el proyectil.

Estadísticas

Este es el último hecho en medio de una escalada de violencia. Entre el 1 de agosto y ayer, en nuestra provincia se registraron 11 homicidios, pero en los últimos 10 días se registró en promedio uno por jornada.

De ese número, tres fueron crímenes de inseguridad, es decir, personas que fallecieron en ocasión de robo. Pero aquí hay una particularidad: los tres fallecidos fueron ultimados por sus víctimas. De esas muertes, dos fueron producidas por policías que, hasta el momento, no fueron acusados de ningún delito. En tanto que el restante sí fue imputado por el homicidio del joven que le habría robado el celular en el barrio Ara General Belgrano.

Un policía abatió a un motochorro que habría intentado robarle la moto en Villa Amalia

La violencia intravecinal, con cuatro muertes, es el principal móvil de los crímenes que se contabilizaron en esta escalada de violencia. En esta lista se suman el femicidio de la niña Luján Nieva en Río Seco y la muerte de Joaquín Ibáñez generada por una violenta pelea registrada en la salida de un boliche ubicado en el norte de la capital. Los otros dos hechos, polémicos por cierto, todavía no fueron esclarecidos totalmente. Se trata del caso del hombre que fue herido durante un allanamiento que murió el sábado y el del niño que recibió un disparo en la cabeza el lunes por la mañana.